Aproximación espacial a la obra de James Turrell (I).
- Fernando Montero
- 15 dic 2015
- 2 Min. de lectura
Con objeto del estudio de la iluminación en un interior y de los efectos y sensaciones que esta nos puede transmitir, realizamos un espacio cúbico de 5 caras (una de ellas haciendo las veces de techo practicable) sobre el que poder actuar y experimentar con diferentes luces, efectos y texturas.
Este espacio consta de 3 caras, a modo de paredes, con diferentes espesores y a las que realizamos 3 aperturas de diferentes tamaños, una puerta en el lado izquierdo, una ventana cuadrada en el fondo y una ventana rectangular en el lado derecho.
Por último, le damos diferente espesor a cada uno de los lados con el que observar cómo afecta esto a la iluminación del interior.

Con la maqueta ya montada, comenzamos con las primeras pruebas de luz, simulando de forma básica un recorrido solar para comprobar como ilumina el interior en función a la posición del sol, del tamaño de la abertura y del espesor de la pared.
En la primera, vemos que una luz baja y próxima con crearía un plano de luz y sombras muy alargado y definido, que en función a los materiales que conformasen el interior y lo que permitiesen rebotar esta luz, daría una iluminación global mayor. Aquí podemos ver dos muestras, una con una iluminación de entorno mayor y otra con un entorno completamente a oscuras una luz de menor intensidad.


En función a la inclinación de la luz y el ángulo de incidencia obtenemos diferentes resultados.



Tras estas primeras pruebas podemos sacar como primeras conclusiones:
Cuanto más perpendicular y cercano está el foco emisor a la superficie iluminada, más “quemará” esta y dará una menor iluminación global
A mayor espesor del plano por el que entra la luz, menor iluminación global tendremos.
Las características de reflexión y refracción que formen la escena influirán de forma determinante en los rebotes de la luz y en cuanta luz necesitaremos para iluminarla.
Además de la intensidad de la luz, la tonalidad que esta tenga o las superficies que atraviese influirá en las sensaciones que nos transmitirá ese espacio.


Terminadas estas primeras pruebas, pasamos a experimentar, manteniendo el mismo criterio de iluminación puntual con apoyo de luz global y en ausencia total de iluminación global, introduciendo un nuevo objeto, un cubo, para conseguir rebotes de luz, sombras e incluso pasando a ser este el objeto que ilumine la escena introduciendo en el la luz, lo que nos aproxima como concepto a los efectos de iluminación de las obras de James Turrell, pasando a ser el espacio ya conocido a un entorno completamente diferente.







Tras estas pruebas, vemos que podríamos conseguir resultados muy aproximados usando un tratamiento de las superficies con un alto índice de reflexión y una luz o pantalla de luz del mismo color de estas, que ayudase a tintar y potenciar los colores.



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