Los 7 pecados del interiorismo. HORTERA.
- Fernando Montero.
- 4 mar 2016
- 1 Min. de lectura
1. Vulgar y de mal gusto.
adjetivo/nombre común
Que aunque pretende ser elegante o moderno resulta vulgar, ordinario y de mal gusto.
En la segunda entrada de esta serie tratamos el pecado de ser hortera partiendo de su definición, algo que pretende ser elegante y termina siendo vulgar, por una concepción errónea, por introducir elementos elegantes que, rodeados de otros que no tienen nada que ver, lo harán vulgar en ese contexto y un intento de "despistar" con algo elegante un concepto equivocado desde el principio.
La escena se monta sobre una moqueta de color verde, en tono oscuro, para que absorba gran parte de la luz, con unas paredes de papel pintado, en tonos marrones y ocres y con unas bandas doradas, con textura, en la pared del fondo.

Con una planta en la que marcamos la entrada de luz natural por las ventanas, sobre todo por la ventana lateral, con unos "visillos" para filtrar esa luz y que proyecten su dibujo en la sombra, y una luz en el techo, descolgada y de baja intensidad, forzamos el aspecto decadente, cerrando y enmarcando la imagen con una franja de sombra en toda la parte superior.

El resto de elementos de decoración/mobiliario, una lámpara de pie, una cabeza de ciervo y un perro de cerámica, el único elegante pero que termina "perdiendose" en este entorno sería el sofá, que contrasta tanto por su aspecto como por su color.
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